Qué es el estrés.
El estrés es una mera percepción. Es una representación mental sobre una situación interna o demanda externa que crees percibir como una amenaza para tu estado de bienestar.
Por consiguiente, movilizas tus recursos psicológicos y fisiológicos para poder afrontar esta situación de forma eficaz. De hecho, responder a estresores puede mejorar tu rendimiento y tu salud en multitud de ocasiones, pero tu mente y tu cuerpo tienen un límite.
La respuesta al estrés se trata de una expresión humana adaptativa.
Cuando actúas ante situaciones estresantes lo haces para evitar la presión, para protegerte y para lograr, por ejemplo, que tu rendimiento laboral no se diluya cuando percibes que la exigencia en tu trabajo se eleva.
La respuesta es adaptativa también en el sentido de proporcionarte una mayor salud cuando por ejemplo estás engordando más de la cuenta. Responder al estrés implicaría cumplir una con una alimentación más estricta ya que sentir que estás pasado de kilos es una realidad que te estresa.
Porqué y ante qué situaciones se genera la respuesta de estrés
El estrés aparece debido a la acción que se produce entre aquellas situaciones que cumplen los requisitos para parecerte al menos a priori, estresantes (sucesos que pueden llegar provocarte estrés, aunque no siempre te lo provoquen) y tus características personales.
Debido a la forma en que percibes y valoras dichos sucesos estresantes, junto a la creencia que tienes respecto a tu grado de habilidad para afrontar dichas situaciones, se genera o no en ti una respuesta adaptativa al estrés.
De esta confluencia entre cómo percibes las situaciones y tus recursos para hacerlas frente, se establece el nivel de intensidad, duración y finalmente, la respuesta que decides adoptar ante un suceso percibido como estresante.
Cuando no sabes o crees no saber cuál es la forma correcta de manejar situaciones nuevas o de incertidumbre, pueden surgir en ti respuestas desadaptativas en forma de ansiedad, hostilidad o indefensión.
Seis señales para detectar si estas viviendo una situación de estrés
1.Te percibes sometido a situaciones donde tu comportamiento es juzgado y evaluado socialmente por personas que consideras importantes como amigos, familiares, amigos íntimos, compañeros o jefes.
2. Sientes amenazados pilares básicos de seguridad para las personas, tanto en el ámbito personal como en el económico o el laboral. Tus relaciones personales, tu desarrollo personal, tu autoestima, tu autoconfianza, la posibilidad de querer conseguir algo que deseas mucho, tu propia dignidad o alguna inversión (ya sea esta emocional o monetaria) que has realizado en el pasado.
3. Notas que con frecuencia te expones a sucesos desagradables, dolorosos, molestos o incómodos como disculparte ante clientes enfadados, llamar a morosos para reclamarles dinero o decirle a una persona las cosas que te disgustan de ella.
4. Sientes que realizas actividades monótonas, sin interés, que son aburridas y poco interesantes para ti además de no percibir incentivos por ellas.
5. Cuando decides tomar una decisión ante un conflicto o dificultad con difícil solución ya que hagas lo que hagas, vas a quedar mal para alguien como en casos de enfermedades graves de familiares o en tus relaciones personales.
6. Si sientes que te desenvuelves en entornos que no se corresponden con tus propios valores, principios o creencias, o con tus hábitos y costumbres personales e incluso tu propia intimidad
El papel de tus creencias a la hora de percibir estrés
Trata de obtener un poco más de información sobre las respuestas que sueles dar ante situaciones actuales estresantes y pregúntate si se derivan de pensamientos, creencias que construiste en base a experiencias pasadas que quizás te funcionaron. Quizás no son la mejor fuente de información cuando buscas eliminar situaciones de estrés.
Para Aaron Temkin Beck, en una investigación realizada por él en el año 1984, el estrés perjudicial toma su máximo esplendor cuando se contrasta con creencias, valores y actitudes sesgadas por tus creencias.
Es decir, el contenido de tus propias creencias afecta a la interpretación que haces de las situaciones.
El contenido emocional que estos sucesos estresantes suscitan en ti y el grado de involucración que decides adoptar en estas emociones (generadas por tus creencias), harán que un suceso se convierta en más o menos estresante o incluso en neutro o ambiguo.